La transformación digital de un negocio debe asentarse en nuevas metodologías y herramientas. Sólo así se podrá mejorar realmente la atención que ofrecemos a nuestros clientes y abandonar definitivamente el lápiz y el papel.
Los proveedores del sector de las TI estamos continuamente hablando de la necesaria transformación digital de los negocios, de los beneficios del empleo de dispositivos digitales, de la automatización de procesos, de la valiosa información que suministran y de las capacidades analíticas que todo ello supone. Pero la realidad nos demuestra que no es fácil tal transición y asimilación de conceptos, ni se puede generalizar una metodología para todos los casos.
Para una empresa asentada sobre bases que podríamos calificar como tradicionales, este cambio a “lo digital” supone no sólo la adopción de nuevas herramientas de trabajo, sino también un cambio de mentalidad en sus empleados, acostumbrados a hacer las cosas “como siempre”. Con herramientas rudimentarias o incluso con lápiz y papel.
Pensando más concretamente en las organizaciones volcadas en la atención al cliente y al trabajo de campo, y que podrían evolucionar adoptando nuestra solución Task4Work (una propuesta de nueva generación y nacida totalmente como solución cloud), quizá el salto podría parecer vertiginoso.
Pero nuestra experiencia real con clientes nos indica que, salvo las primeras reticencias iniciales habituales en todo cambio, la utilización de esta nueva tecnología tiene una excelente acogida a todos los niveles de la empresa.
Para el técnico de campo se acabó el tener que pasar por la oficina al final del día para entregar formularios o transcribirlos a sistemas de gestión que consoliden los datos. Para el dispatcher, terminaron las esperas para poder redistribuir cargas de trabajo pendientes y asignar nuevas tareas. Comienza una nueva etapa en la que se pueden automatizar tareas y establecer rápidos procesos de aprobación en los flujos de trabajo.
Y para la dirección, supone disponer de una visión de conjunto sobre si las operaciones se completan a tiempo y con verdadera rentabilidad. Si los contratos de niveles de servicio se cumplen y la organización puede asumir mayores retos para crecer.
Los clientes son los que realmente demandan nuestra propia transformación
Habituados cada vez más a los dispositivos móviles, nos quieren notificar incidencias digitalmente buscando la omnicanalidad, quieren saber cuándo tendrá lugar la visita, disponer de historiales de intervenciones, información sobre coberturas, contar con la misma atención y servicio independientemente de su ubicación. Se convierten así en el centro de nuestra transformación digital.
De hecho, en un mundo cada vez más conectado y competitivo, es precisamente el servicio al cliente lo que puede marcar la diferencia entre los negocios.
¿Cómo afrontar de una forma gradual esta transformación?
Si nos ponemos en la piel de un dispatcher, antes de iniciarse la adopción de herramientas digitales para el trabajo diario, su tarea se centraba en organizar al personal y tenerles siempre productivos, dedicando gran parte de su tiempo a la comunicación constante por teléfono para conocer el estado de las tareas. En esta nueva etapa, en el nuevo modelo de trabajo, hay también que ocuparse de la información que se genera. Y aprovecharla adecuadamente para sacarle todo su partido.
No se trata de añadir más carga de trabajo, sino de simplificarlo. Automatizando procesos y eliminando ineficiencias. Ahora es posible comenzar a observar cómo las personas desempeñan sus trabajos, estableciendo puntos de referencia y de rendimiento para evaluaciones comparativas, identificando dónde y cómo invertir en la capacitación o identificando con claridad los verdaderos skills de cada empleado. Cuando se digitalizan los procesos, es posible hacer todas estas cosas.
Herramientas como Task4Work simplifican la tarea diaria, coordinando en tiempo real no sólo la agenda prevista de trabajo en el día a día, sino también las incidencias que puedan surgir durante la jornada de manera ágil y eficiente.
Este fue el caso de Obremo, una empresa de servicios integrales vinculados a los sectores de agua, telecomunicaciones, gas, energías renovables, infraestructuras y electricidad, quienes tenían que afrontar el reto de gestionar 1.800 inspecciones diarias a realizar por 60 inspectores. Nuestra solución les aportó una herramienta de planificación óptima, con visión completa de la actividad en tiempo real.
Esta transformación se puede afrontar al ritmo que tu organización necesite. Además de disponer de pruebas gratuitas de nuestra solución, para que puedas experimentar lo fácil que puede llegar a dar este paso, que sin duda será un punto de inflexión en la evolución y capacidad de crecimiento de tu organización.